Lolo Escribe... A Título Personal

  Todos en el villorrio piurano sabían que si querían volver sin problemas a casa, pasadas las 12 de la noche, no debían pasar por el atajo que atravesaba la campiña, sino por el camino más largo, ya que por ese atajo se aparecía el diablo.   Pero sucedió que a un vecino que estaba medio picado, se el pasó al hora y decidió regresar a su casa por el atajo que atravesaba la campiña. En eso, cuando iba ya por la mitad del atajo, se le apareció el diablo. Como estaba sazonado, el patita no sintió miedo al verlo por primera vez en su vida. El ambiente estaba frío, entonces para romper el hielo, le dice al diablo: -Gua, señor diablo, ¿Cómo está su mujer? El diablo se molestó con la pregunta del poblador y le respondió asado: -Oye, ctm, ¡¡¡¡Yo no tengo mujer!!!! A lo que el nacido en la tierra de Grau, mirándole la frente, le replicó todo fresco: -Gua, señor diablo, ¿Y esos cachos?

Se encuentran dos amigos. Uno le dice al otro: -¿Y fuiste a recoger los resultados de los análisis del médico oncólogo? -Sí, sí fui- le responde el otro y continúa -Pero sucedió algo que te tengo que contar-. -¿Qué pasó? - le pregunta el primero. -Cuenta, qué pasó?- -Bien, te voy a contar: Esperé mi turno, pues habían dos antes que yo y cuando me llamaron a su consultorio, ya dentro, el médico me dijo: -Estimado amigo, es lamentable, pero los exámenes muestran que usted tiene cáncer avanzado y por eso unos seis meses de vida.- Yo le repliqué: Doctor, pero yo le debo de sus honorarios y en seis meses no que pueda pagarle la totalidad, realmente. El doctor me quedó mirando... y sabes qué hizo.- El interlocutor, repite preguntando: -¿Y qué hizo, qué hizo el médico? -Me dio seis meses más.-