El siguiente chiste me lo contaron hace unos 40 años. Lo he tenido que modernizar un poco para compartirlo con ustedes. Al Arzobispado de Lima, llega la noticia de que en un lejano villorrio de Madre de Dios, limitando con territorios de connacionales no contactados, ha decaído la fe y necesitan un sacerdote que pueda hacer que las personas de dicha locación vuelvan a la Iglesia. Escogen a un joven sacerdote. Este pide a la Iglesia que lo envíe a ese lugar con un smartphone y le agrega un aplicativo para que éste dé las penitencias luego de que los fieles se confiesen. Llega al villorrio el padre y lo primero que hace es mandar a colocar una gigantografía que dice: "¡Lo Último En Tecnología! Confesiones Con Penitencias Dadas Por Un Smartphone". Pasa una semana, pasan dos y nada. casi al mes, llega una feligresa a confesarse. -Padre, me acuso que mi enamorado me besó los labios y me introdujo su lengua dentro de mi boca. El padre introduce los datos en su smartphone: Enamorad
Miscelánea de temas: cultura, autoayuda, etc.