Eran como las 12 de la noche y un campesino piurano, para cortar camino a su casa, va por la campiña al costado del cementerio de pueblo.
Va atravesando ya la mitad de la campiña y se le aparece el Diablo. El campesino se queda pasmado, frío, sorprendido... Pasado el susto y para romper el hielo, le pregunta al Diablo:
-¡¡¡Gua!!! Señor Diablo, ¿Y cómo está su mujer?
El Diablo, asado, mortificado, le contesta gritando:
-¡¡¡Yo no tengo mujer!!!
-¡¡¡Gua!!! Señor Diablo, ¿Y esos cachos?
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